«A la pelota le diría que siempre la voy a amar»

Jorge García, uno de los tantos talentos surgidos en Danubio, charló en la mañana de Otra Cabeza. Con una dura historia de vida de la que todo Uruguay habló en su momento, elegimos centrarnos en sus momentos en el fútbol, y en la actualidad que lo tiene viviendo en Ciudad del Plata donde es propietario de un almacén. Esto dijo en diálogo con Marcos Vitette en 2 de Punta:

Delantero devenido en lateral izquierdo, mostró un gran agradecimiento a varios de sus entrenadores en el inicio de su carrera: «En el Baby siempre fui delantero, en inferiores también hasta que el Rafa Perrone me puso de 6 porque había faltado un compañero, le di una mano y me dijo que ese era mi puesto. Yo le decía que quería hacer goles, después me arrancó a gustar el puesto. Algunas veces metía diagonales hasta el área rival o no volvía. Si pasó lo del descenso por algo pasó, va a volver rapidísimo Danubio, me puse muy triste cuando bajó. Yo quiero mucho al club por todo lo que me dio, la hinchada se merece volver a primera. Rafael Perrone me marcó mucho, siempre agradecido con el, Ferrín y Matosas también, después todos los técnicos te marcan y te dejan algo, siempre algo te queda y estaré agradecido. Siempre agradecido con Danubio, desde el utilero, los hinchas , presidente y todos los que pasaron por ahí, eternamente agradecido con ese Club tan hermoso».

Con el elenco franjeado logró un título de campeón uruguayo y jugó con grandes futbolistas: «Estábamos para salir al Estadio y nos avisaron que se había roto el ómnibus, les dije que teníamos que ir en carro a caballo igual, teníamos que ir a ganar esa final. Fue impresionante jugar con el Estadio repleto. Ese Plantel 2006-2007 tenía mucha categoría, jugar en ese equipo fue muy lindo, hermosos recuerdos. Mi hijo Thiago nació unos meses antes, de ese año no me voy a olvidar nunca en la vida. Cuando subí a primera había jugadores con experiencia que me hablaron como Pouso, el pato Sosa y el polillita Da Silva que concentré con el la primera vez, no lo podía creer, el me aconsejó, es un crack. Carlitos Grossmuller fue el mejor jugador que vi, me encantaba verlo jugar, era un placer, el ama a Danubio, lo lleva en el corazón».

Jorge se vistió de celeste, tanto en selección juvenil como en la mayor: «Estar en la Selección fue un orgullo, son momentos que quedan para siempre, participar en Sudamericanos juveniles y estar en la Mayor en un par de partidos amistosos. Me llamó Mario Rebollo y no lo podía creer, pensé que era mentira, eso fue lo máximo. A la juvenil fui por error, pasaron la lista en la práctica y dijeron Ulises García, ahí le dije a Ferrín que yo era Jorge y me hicieron quedar igual, Ulises después fue otro día. Tabárez hizo mucho por la Selección, se ganó un respeto a nivel Mundial, estoy agradecido con el porque un día me convocó a la Selección y porque me fue a visitar al hospital, toda la vida le voy a estar agradecido. Visitamos el Complejo con los compañeros que estábamos internados, quedaron muy contentos, nunca habían ido a ese lugar. No podían creer de conocer al Maestro y hablar un rato con el, me emocionó».

La actualidad lo ha traído al departamento de San José: «No me gusta andar molestando a jugadores o ex compañeros con mensajes pero todos saben que cuando necesiten algo de mí siempre voy a estar. Estoy viviendo en Ciudad del Plata en el kilómetro 29 con mi señora y mis hijos, hace unos meses vinimos para acá y pusimos una almacén, dejé de estudiar de joven y hoy me arrepiento por no tener otra profesión. A la pelota le diría que siempre la voy a amar, es lo más lindo que me pasó, uno veía la pelota y dejaba cualquier cosa para ir a jugar al fútbol, no había nada más. No pienso más adelante, voy de un día a la vez, hoy es un día más luchándola, mañana nos despertamos y hay que seguir en la lucha. Agradecido de todo corazón a todos los clubes donde jugué, a todos mis compañeros y las personas que trabajaban».

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