«River Plate es un mundo aparte»

Nicolás de la Cruz es hoy en día jugador de River Plate, equipo protagonista de cada evento nacional e internacional, con varios títulos en su haber. En diálogo con 2 de Punta charló del presente en Argentina, el pasado futbolístico y su crianza fuera de las canchas, y el vínculo desde muy chico con la Selección de Uruguay.

Nicolás tuvo minutos para hablar de su crianza, la que recuerda con mucho cariño: «Me dieron valores mis padres, en una de esas lloraba de niño porque no tenía la pelota o la camiseta del vecino, pero quizás el vecino no tenía el amor en la casa que tenía yo. Tenía padres, amor, y un plato de comida antes de acostarme. Lo material es secundario, vi salir de casa a mi padre a las seis de la mañana y volver a las doce de la noche para que no falte el plato de comida en la mesa. No me olvido de mis raíces, la humildad es lo primero, todo cuesta trabajo y esfuerzo. No me puedo quejar, mis padres en su momento se enojaron cuando dejé de estudiar a los 16 años pero después me bancaron para enfocarme en el fútbol. Quiero terminar los estudios para darle el mensaje a mis hijas, les digo a los chicos que no cometan mi error, siempre hay tiempo para estudiar, es lo primordial».

Con respecto al fútbol el Coami en el fútbol infantil primero, y Liverpool después, fueron su escuela: «Se extraña Belvedere y la gente de Liverpool, el hincha y toda la gente que es parte del club. Me pone muy contento el presente, es un proceso de muchos años trabajando muy bien en inferiores, con mucha gente que hoy no está pero hizo mucho para el futuro que hoy se ve reflejado con títulos y jugando Copa. El Colo Ramírez ya es goleador histórico y jugábamos juntos en formativas, un gran chico que se lo merece, vino desde Mercedes con mucha ilusión. Yo era primer año de cuarta, Juan Verzeri me ascendió al plantel principal y jugué en tercera ante Cerro, al siguiente partido ya fui titular en primera y creo lo hice de buena manera. Liverpool me formó como persona que es lo primordial y estoy agradecido».

El pase llegó y cruzó el Río de la Plata, para jugar en un gigante: «River Plate es un mundo aparte, mucha presión. Sos todo el día jugador del club, estás a la vista de todo el mundo, y te tenés que comportar como tal. Esto lo fui aprendiendo y hoy por hoy luego de un largo tiempo de adaptación estoy disfrutando. Hicieron un gran trabajo en el Monumental, está muy linda la cancha: rápida, quedó espectacular. Ahora van a trabajar en las tribunas que estarán cerca de la cancha. Marcelo Gallardo me convirtió en un jugador polifuncional y eso me da la chance de en diferentes partidos de cambiar de posición según donde entienda él que pueda rendirle. Tengo que seguir puliendo, siempre se aprenden cosas nuevas. Las prácticas son cortas e intensas, hacemos muchos trabajos con pelota, los partidos se definen por lo que hacemos nosotros y no por lo que hace el rival, eso es mérito de la semana y se refleja en el partido. Trabajo, esfuerzo, ganas y convencimiento, esa es la línea que baja el entrenador».

Integrante del combinado uruguayo desde muy chico, hoy en día es parte de la mayor: «A las selecciones juveniles iba casi sin dormir, me ponía muy ansioso la noche anterior. Cuando volvía en el ómnibus para el Estadio después de la primera práctica en el complejo creí que no me llamaban más, no me salía una, fui con 14 o 15 años a la sub 17. Ahora cuando fui a la mayor me vinieron esos recuerdos a la cabeza, también me costó dormir. Estos momentos los voy a recordar siempre, grandes personas rodean a la selección, grandes jugadores y gran cuerpo técnico».

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